Imagen, mirada y sacrilegio.

Como ya he comentado en mi anterior apartado de esta categoría, el cine va a tener un lenguaje plasmado tanto en la imagen como en la palabra, destacando en este caso la primera de las dos opciones.

Ésta va a ser la principal vía de desarrollo ya que nos guste más o menos, sin obviar ni mucho menos la importancia del guión que desde mi punto de vista es uno de los aspectos más importantes de un largometraje, el cine es un medio de transmisión de ideas, sentimientos e historias en general que se estructuran gracias a la articulación de imágenes en movimiento, las cuales una vez creadas por el cineasta en cuestión son recibidas por el espectador, confluyendo así dos miradas distintas ante un elemento extraño.

Con respecto a este lenguaje cinematográfico cuya esencia reside principalmente en la imagen, tenemos que destacar entre otros el trabajo de I.Bergman, quien muestra la angustia por la muerte, el paso del tiempo y la soledad a través de planos muy elaborados.

Hay que añadir que el cine, a lo largo de su trayectoria ha reflexionado mucho sobre los límites de lo visible, llegando a alcanzar en muchas ocasiones la concepción de la mirada como algo sacrílego y sospechoso, una mirada que desde el principio de los tiempos se ha desplegado bajo la sombra y que pese a las prohibiciones que se le han impuesto nunca ha dejado de observar expectante.

Ejemplos de este carácter prohibido en el que este instrumento tiene una serie de límites los podemos encontrar desde en la mitología, como es el caso de Orfeo y Eurídice, hasta en lo que ahora nos interesa, el cine, en películas como “Ciudadano Kane”, dónde Orson Welles hace que la cámara acceda a un lugar prohibido bajo el mensaje "No trespassing", o “Luces de la ciudad” de Chaplin, donde éste mismo recibe un baño de agua en plena calle al quedarse escondido observando a su amada ciega.

Finalmente tampoco hay que obviar que en ciertas ocasiones esta mirada de la que hemos hablado pretende tomar posesión de esos pedacitos de realidad que realmente no le pertenecen, vinculándose por tanto la imagen a la tenencia de un momento, ejemplo de lo cual podemos ver en el film “Smoke”, dónde se observa ese paralelismo que hemos establecido en la figura del fotógrafo, y dónde se trasciende este ámbito e incluso la vincula con la desaparición y el desamparo de haber perdido algo que un momento fue una pieza importante de una vida.

Así pues, para concluir este post me gustaría dejaros con un fragmento del guión de la película “Soñadores” que muestra de manera muy clara esta relación entre la mirada y lo vetado:

[…] Lo leí en “Chaiers du Cinema”, un cineasta es como un vulgar mirón, un Voyeur. Es como si la cámara fuera la cerradura del dormitorio de tus padres y tu los espías; y te sientes asqueroso, te sientes culpable, pero no puedes dejar de mirar. Las películas son como crímenes y los directores como criminales, debería ser ilegal. [...]