El arte cinematográfico ha tenido siempre entre sus principales dicotomías la frontera entre lo documental y la ficción. Sin embargo se ha de tener en cuenta que el cine va a utilizar a ésta última como recurso narrativo para muchas veces retratar así un aspecto verídico de la realidad. Dentro de éste ámbito no podemos pasar por alto a directores como Orson Welles o Michelangelo Antonioni.
Este aspecto ha provocado grandes quebraderos de cabeza a algunos historiadores ya que éstos se plantean hasta que punto se puede utilizar un largometraje como fuente histórica transmisora de realidades bien fundamentadas y ambientadas, encontrando en este sentido tanto a entidades favorables como retractoras.
Pese a esto, éstas ultimas tienen que tener en cuenta que el cine no trata de falsear la Historia, sino que, aunque no se puede confundir con ésta, metodológicamente trata de filtrar elementos de la realidad a través de narraciones creativas y ficticias, pudiendo ir estas afirmaciones verídicas desde una situación correspondiente a una determinada época, como podemos ver en “Octubre” de Eisenstein (quien en sus Films logra hacer inteligible la Historia), a una serie de sentimientos que se expresan y con los cuales nos podemos identificar, así como, entre otras, reflexiones propias sobre el séptimo arte, ejemplo de lo cual pueden ser las películas de “El sol del membrillo” y “El espíritu de la colmena” de Victor Erice. En ésta última podemos observar una escena dónde se está proyectando “Frankenstein” y una niña se sobresalta como espectadora del film, tratándose así de una ventana abierta en la que irrumpe el aspecto documental en la ficción.
En este punto tenemos que mencionar al Neorrealismo Italiano, dónde se retrata la historia desde un punto de vista subjetivo en el que se busca transmitir el ambiente decadente de la posguerra a través de los estratos sociales más desfavorecidos. Sin embargo esto no significa que se nos esté mintiendo a través de la pantalla, sino que se trata de un testimonio más de éste momento a través del cual podemos extraer conclusiones históricas muy interesantes.
Hay que añadir que cuando hablamos de documental se suele interpretar como una producción de imágenes asépticas con una narrativa de fondo, sin embargo el documental no tiene por que ser más real que la propia ficción ya que igualmente ésta última tiene algo del primero. Podríamos establecer por tanto como el documental por excelencia a “Nanuk, el esquimal” de R. Flaherty, dónde se traspasa el estado de documental para llevarlo a la ficción y establecer así una fusión entre ambos aspectos.
Me gustaría concluir este artículo además de expresando mi agradecimiento a Pedro Payá, mi profesor de cine de la Universidad de Alicante, diciendo que como ya estipuló Jean-Luc Godard, entre la ficción y lo documental en el cine hay una reseñada fraternidad.
Este aspecto ha provocado grandes quebraderos de cabeza a algunos historiadores ya que éstos se plantean hasta que punto se puede utilizar un largometraje como fuente histórica transmisora de realidades bien fundamentadas y ambientadas, encontrando en este sentido tanto a entidades favorables como retractoras.
Pese a esto, éstas ultimas tienen que tener en cuenta que el cine no trata de falsear la Historia, sino que, aunque no se puede confundir con ésta, metodológicamente trata de filtrar elementos de la realidad a través de narraciones creativas y ficticias, pudiendo ir estas afirmaciones verídicas desde una situación correspondiente a una determinada época, como podemos ver en “Octubre” de Eisenstein (quien en sus Films logra hacer inteligible la Historia), a una serie de sentimientos que se expresan y con los cuales nos podemos identificar, así como, entre otras, reflexiones propias sobre el séptimo arte, ejemplo de lo cual pueden ser las películas de “El sol del membrillo” y “El espíritu de la colmena” de Victor Erice. En ésta última podemos observar una escena dónde se está proyectando “Frankenstein” y una niña se sobresalta como espectadora del film, tratándose así de una ventana abierta en la que irrumpe el aspecto documental en la ficción.En este punto tenemos que mencionar al Neorrealismo Italiano, dónde se retrata la historia desde un punto de vista subjetivo en el que se busca transmitir el ambiente decadente de la posguerra a través de los estratos sociales más desfavorecidos. Sin embargo esto no significa que se nos esté mintiendo a través de la pantalla, sino que se trata de un testimonio más de éste momento a través del cual podemos extraer conclusiones históricas muy interesantes.
Hay que añadir que cuando hablamos de documental se suele interpretar como una producción de imágenes asépticas con una narrativa de fondo, sin embargo el documental no tiene por que ser más real que la propia ficción ya que igualmente ésta última tiene algo del primero. Podríamos establecer por tanto como el documental por excelencia a “Nanuk, el esquimal” de R. Flaherty, dónde se traspasa el estado de documental para llevarlo a la ficción y establecer así una fusión entre ambos aspectos.
Me gustaría concluir este artículo además de expresando mi agradecimiento a Pedro Payá, mi profesor de cine de la Universidad de Alicante, diciendo que como ya estipuló Jean-Luc Godard, entre la ficción y lo documental en el cine hay una reseñada fraternidad.
3 comentarios:
Y es que el documental no deja de tener un montaje, y por tanto una versión de lo que se enseña a través de la mente de alguien que ha decidido enseñártelo de esa forma y no de otra. AL final, la única forma de enseñarte la realidad sería dejando una cámara fija en un sitio y no cortar.
Por algo el documental también es un arte.
Un saludo.
Concuerdo también con Obiwan, el documental también es una forma de arte y no en vano últimamente la ficción también recurre a formatos y recursos del documental. Eso es lo maravilloso del cine, en el lugar que nos pone a nostros teniendo que preguntarnos muchas veces qué es lo real o qué no, qué podría serlo y qué, quizá, no.
Sí, yo creo que lo más importante es saber que a través de una serie de hechos ficticios podemos alcanzar una serie de visiones realistas que superan este plano y van hacia un ámbito mucho más amplio. Ya que aunque el cine o el documental contengan una serie de elementos subjetivos, a través de éstos podemos encontrar una puerta abierta hacia datos objetivos de relevancia.
Un saludo!
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